Por Alberto Begné Guerra, Presidente del PSD
Siempre he creído que la construcción de una democracia eficaz y transparente, cuyas instituciones arrojen buenos resultados y rindan cuentas a la ciudadanía, pasa necesariamente por el fortalecimiento de los órganos de representación política. Esto significa asumir las implicaciones de la democracia representativa como una forma de constitución del poder público, basada en la elección periódica de quienes tienen la responsabilidad de representar intereses generales y responder ante los electores por las decisiones que toman en el ejercicio de esa representación. Y siempre he visto con reservas, salvo cuando se trata de situaciones excepcionales, los mecanismos de participación popular a través de los cuales se busca prescindir o, por lo menos, neutralizar a la representación política constituida mediante elecciones.
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miércoles, junio 11
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