Por Miguel González Compeán
Nuestro sistema político se está sobrecargando. Lo que decidía un hombre o un partido hace unos años, se ha sustituido por la prueba y error de voluntades justicieras e incontrovertibles o por la apuesta institucional. El gobierno da señales de acción en espacios políticos como su manejo del conflicto del EPR, pero también se ahoga y se repliega, hasta el ridículo, frente a la toma de la tribuna parlamentaria.
La transición mexicana se preocupó mucho por encontrar mecanismos para construir legítimamente el poder público, pero poco hizo por crear instituciones que resolvieran conflictos y acomodaran intereses en todos los demás ámbitos. Lo mismo para actores políticos que para intereses privados o la mezcla de ambos.
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viernes, mayo 2
Legítimo y legal
Por Enrique Pérez Correa
Ya en este mismo espacio he argumentado que el proceso de renovación al interior del Partido Socialdemócrata en el Distrito Federal había sido legítimo. En aquella Asamblea del DF que tuvo lugar el 16 de marzo de este año, militantes del partido acudimos a elegir a la nueva dirigencia que conduciría el destino del partido en el DF.
Como fue para el caso de todas las Asambleas que ocurrieron en las entidades federativas del país, en la del DF las reglas habían sido fijadas y, lo más importante, aceptadas por todos quienes habríamos de contender por algún puesto de dirección en el partido a nivel local. Las reglas del juego electoral fueron claras, aceptadas por todos y respetadas durante el transcurso de la Asamblea. Se trató, sin ninguna duda, de un proceso de renovación interno legítimo.
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Ya en este mismo espacio he argumentado que el proceso de renovación al interior del Partido Socialdemócrata en el Distrito Federal había sido legítimo. En aquella Asamblea del DF que tuvo lugar el 16 de marzo de este año, militantes del partido acudimos a elegir a la nueva dirigencia que conduciría el destino del partido en el DF.
Como fue para el caso de todas las Asambleas que ocurrieron en las entidades federativas del país, en la del DF las reglas habían sido fijadas y, lo más importante, aceptadas por todos quienes habríamos de contender por algún puesto de dirección en el partido a nivel local. Las reglas del juego electoral fueron claras, aceptadas por todos y respetadas durante el transcurso de la Asamblea. Se trató, sin ninguna duda, de un proceso de renovación interno legítimo.
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